por Dr. Antonio Rodríguez Carrión.
En nuestro ambiente, se entiende por “DROGA” aquella sustancia que actúa sobre el organismo y crea “dependencia”, es decir, necesidad de consumirla continuamente. Por tanto, la heroína es una droga, pero también lo es el alcohol, el tabaco y muchos medicamentos. Es característico que las personas “drogadas” desarrollen síntomas muy desagradables cuando llevan un cierto tiempo sin consumir la droga (malestar general, ansiedad o agresividad o tristeza, vómitos, etc.); estos síntomas desaparecen si vuelven a tomar estas sustancias. En términos generales, hay quien considera a la televisión y al juego compulsivo (ludopatía) como auténticas drogas, pues hay personas que no pueden vivir sin ellas.
ALCOHOLISMO Y TABAQUISMO: El alcoholismo es una enfermedad en la que el paciente necesita el consumo habitual de bebidas alcohólicas para desarrollar sus quehaceres diarios. Cuando no toma la ración de alcohol que le demanda su organismo, el alcohólico presenta diversos síntomas como puede ser temblor en las manos, ansiedad, agresividad, falta de atención, errores en el trabajo… Por ello, muchos alcohólicos lo primero que hacen cuando se levantan por la mañana es tomar su copita de coñac o de aguardiente. Algo parecido ocurre con el tabaquismo.
MEDICAMENTOS: Existe un tipo de “dependencia” muy frecuente sobre el que los médicos y las autoridades sanitarias están llamando la atención por su gran importancia. Es la dependencia de muchas personas a consumir medicamentos. El elevado stress de la sociedad actual (precariedad laboral, trabajo de la mujer fuera del hogar, hipotecas, problemas familiares con los hijos o con los padres ancianos, soledad…) hace que muchas personas acudan al médico refiriendo molestias digestivas, trastornos del sueño, mal humor, decaimiento, dolor de cabeza, tristeza, ansiedad, etc., y solicitan algún medicamento que les quite esas molestias. Lógicamente, no hay ninguna pastilla que consiga un puesto de trabajo al hijo en paro, ni que solucione los gastos de los hijos estudiantes, o el cuidado de los padres inválidos, o la soledad de un hogar vacío… Lo único que pueden hacer las medicinas pastillas es disminuir la ansiedad y la tristeza, es decir, “poner un parche sobre la llaga”, pero los problemas siguen mientras no se les encuentre una solución…
Las noticias de la prensa médica nos da una idea de la magnitud del problema del excesivo consumo de medicamentos “para los nervios”. Así, la Comunidad Autónoma de Baleares, a pesar de su elevado nivel de vida, es la comunidad con mayor consumo de medicamentos contra la ansiedad. Además de la dependencia que estos fármacos crean, las fracturas por caídas y accidentes de tráfico son más frecuentes en sus consumidores. Según la OMS, el uso indiscriminado de estas sustancias tiene muchas veces efectos peores que la adicción a la heroína o la cocaína.
DROGAS “ILEGALES”: Los jóvenes sin expectativas de trabajo, desilusionados por un mundo donde el fuerte pisotea y hace callar al débil, y donde no atisban un rayo de esperanza para su futuro, no encuentran otra solución que consumir sustancias que les haga evadirse de la dura realidad en que viven (“porros”, cocaína, “pastillas”, heroína). Es muy fácil tacharlos de “viciosos” porque consumen drogas “ilegales”, sin darnos cuenta que muchas otras personas consumen drogas igualmente duras y peligrosas (alcohol, tabaco, medicamentos) pero con la diferencia de que son “legales” porque se pueden comprar en cualquier tienda o las receta el médico…