Con el monográfico “Prevención y primeros auxilios de accidentes en verano“, hemos hablado de los principales cuadros clínicos relacionados con el calor, tal como el golpe de calor, el agotamiento por calor, el sarpullido por calor o el eritema solar. Además hemos ofrecido una serie de recomendaciones para combatir las altas temperaturas, tales como tomar agua fresca aunque no se tenga sed: un mínimo de un vaso cada 2 horas, evitar bebidas que favorecen la producción de orina, ofrecer a los niños agua con frecuencia y siempre que se despierten durante la noche, comer según costumbre, haciendo comidas más pequeñas y frecuentes, y evitando exceso de carnes grasas. Muy aconsejables las frutas y verduras. El gazpacho y las ensaladas son dos magníficos reconstituyentes de agua y sales. También es aconsejable evitar actividades intensas. Si no hay más remedio que hacerlas, aprovechar las primeras horas de la mañana. Cerrar las ventanas y cortinas de las fachadas expuestas al sol, abriéndolas de noche para que corra el aire, usar el aire acondicionado o, en su defecto, ventiladores y tomar baños y duchas, o utilizar toallas húmedas sobre la piel para refrescarse.
También se repasaba como actuar en casos de ahogamientos, corte de digestión, la diarrea del viajero, el síndrome de la clase turista o cómo actuar ante un accidente de tráfico.
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