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Por Dr. Antonio Rodríguez Carrión.
Estrés
¿Qué es el estrés?
El estrés es una situación de sobrecarga emocional o agobio con repercusión en diferentes órganos de nuestro cuerpo, manifestándose por sentimiento de cansancio físico y mental que conlleva impotencia para resolver los problemas corrientes del día a día, sensación de estar sometido a excesiva carga familiar o laboral, y necesidad imperiosa de desconectar de todo para «cargar las pilas».
El estrés se puede definir como un conjunto de reacciones físicas y psíquicas que se producen en el organismo ante agresiones y emociones de la vida.
La tensión mental excesiva que supone el estrés varía en función de la personalidad; así, una misma situación puede ser fuente de estrés para una persona, pero puede ser una experiencia placentera para otra. Muchas personas se agobian por razones que a otras les parecen totalmente sin importancia.
¿Por qué se produce el estrés?
Ante el bombardeo de estímulos el organismo se defiende liberando sustancias que activan los diversos órganos del cuerpo, hasta que llega un momento en que el desgaste es excesivo y aparecen síntomas que alteran el normal funcionamiento físico y psíquico de la persona.
¿Cuáles son los síntomas?
Sin un poco de tensión, de sensación de alerta, estaríamos totalmente faltos de dinamismo y perderíamos el gusto por la vida. Este estrés positivo genera mayor rendimiento y progreso, pero cuando la tensión es excesiva se genera el estrés negativo que se manifiesta con síntomas como:
- Alteraciones del carácter: malhumor, irritabilidad.
- Tensión o rigidez muscular.
- Tics nerviosos.
- Dolores sin causa conocida (de cabeza, de estómago).
- Trastornos digestivos: diarrea o estreñimiento, digestiones pesadas.
- Alteraciones del sueño.
- Pérdida o aumento exagerado del apetito que provoca cambios en el peso.
- Cansancio permanente.
- Aumento del consumo del alcohol y tabaco.
- Modificación del comportamiento social.
La situación de sobrecarga que ocurre en el estrés pueden ocasionar o agravar enfermedades como asma bronquial, tos, infarto de miocardio, tumores, depresión, trastorno del aprendizaje, molestias digestivas, trastornos sexuales, fibromialgia, diabetes, alteraciones menstruales, herpes, rinitis y reacciones alérgicas.
Estrés en la familia
Las dificultades económicas, los problemas en las relaciones de pareja o entre padres e hijos, la soledad y falta de valoración del trabajo del ama de casa, etc., son causas muy frecuentes de estrés y depresión. La contemplación o la lectura diaria de acontecimientos violentos a través de prensa, radio y televisión son también causa de estrés.
En el niño muchas de las actitudes de los padres pueden ocasionar estrés. Ejemplos: una educación demasiado rígida o una permisividad demasiado grande; la ironía, los malos modos, la negación de los sentimientos o de sufrimiento son igualmente nefastos, ya que el niño experimenta la necesidad de ser tomado en serio y valorado por sus propias cualidades.
La contemplación de ciertas películas o series de dibujos animados provocan estrés en los niños y adolescentes, manifestándose por hiperactividad, retraimiento y trastornos del sueño.
Ansiedad
¿Qué es la Ansiedad?
La ansiedad es una respuesta emocional ante problemas o amenazas, reales o imaginados. Es un mecanismo de defensa normal pues pone en alerta al organismo para defenderse. La respuesta excesiva en relación a la circunstancia causante se llama trastorno de ansiedad o ansiedad patológica.
El trastorno de ansiedad tiene una gran importancia pues es uno de los principales motivos por los que se acude al médico de cabecera: los síntomas con que se manifiesta hacen pensar al paciente que pueda tener una enfermedad grave.
En España hay más de 2 millones de personas que sufren trastorno de ansiedad, de las cuales sólo 1 de cada 3 ha recibido tratamiento en algún momento.
¿Cómo se manifiestan?
El paciente tiene una preocupación exagerada ante circunstancias que no tienen importancia, o miedo a algo que no sabe explicar. Ello se puede manifestar por numerosos síntomas como inquietud e impaciencia, angustia, irritabilidad, sobresaltos, falta de concentración, dificultad para desconectar del medio ambiente, fatiga fácil, trastornos del sueño, tensión muscular y palpitaciones. Todo ello repercute de forma significativa en la actividades normales diarias, afectando negativamente las relaciones familiares y sociales.