por Dr. Antonio Rodríguez Carrión
“Aspirina” es el nombre comercial del ácido acetil-salicílico (otros nombres comerciales son Dolmen®, Adiro®, AAS®, Tromalyt®, etc.) .
La introducción de este medicamento en la medicina ha supuesto una revolución sanitaria pues es un medicamento muy beneficioso y siguen descubriéndose nuevas indicaciones para el tratamiento de múltiples enfermedades. En un principio se utilizó para tratar la fiebre y los dolores; actualmente, entre otras muchas indicaciones, también se usa para la prevención del infarto de corazón y de la trombosis cerebral.
Sin embargo, como todo medicamento, la aspirina puede ocasionar efectos indeseables que se deben conocer. EN PERSONAS PREDISPUESTAS puede provocar hemorragias digestivas, graves alergias o desencadenar ataques de asma (¡No dar nunca ácido acetil-salicílico a un asmático!) . En niños y adolescentes se ha notificado la aparición de un cuadro muy poco frecuente pero mortal, llamado “síndrome de Reye”, relacionado con el consumo de ácido acetil-salicílico. Por tal motivo las autoridades británicas han prohibido el consumo del ácido acetil-salicílico a los menores de 16 años. En España, el prospecto del medicamento alerta de este riesgo en niños y adolescentes.