Tabla de contenidos
- 1 ¿Cuándo un niño es “hiperactivo?
- 2 ¿Es un trastorno de la salud o es mala crianza?
- 3 ¿Cuándo un niño inquieto es un problema de salud?
- 4 ¿El niño hiperactivo será un fracasado el día de mañana?
- 5 ¿A qué se debe este trastorno?
- 6 ¿Qué pruebas se hacen para confirmar el diagnóstico?
- 7 ¿Tiene cura?
- 8 Glosario
- 9 Más Información:
Por Dr. Antonio Rodríguez Carrión.
¿Cuándo un niño es “hiperactivo?
Es muy frecuente que a cualquier niño que es muy juguetón o inquieto se le etiquete de “hiperactivo” y ello puede confundir con el llamado Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), el cual es un problema psicológico que precisa un tratamiento complejo por parte de padres, maestros y médicos.
Algunas de las principales características del niño hiperactivo son:
- Descuidado.
- Olvidadizo.
- No presta atención a lo que se le dice o hace lo contrario.
- No está un momento sentado o quieto en la silla.
- Nino se cansa.
- No piensa lo que hace y actúa impulsivamente.
- Responde antes de que se termine de hacer la pregunta.
- No tiene paciencia para hacer las tareas.
- No puede esperar que le toque su turno.
- Se enfada a menudo y no le importa los castigos.
- Siempre quiere salirse con la suya por lo que tiene dificultad para jugar en grupo.
- Malas notas en la escuela a pesar de tener inteligencia normal.
- Se inmiscuye continuamente en lo que están haciendo los demás.
- Mala relación con los maestros y compañeros de clase…”.
Estas manifestaciones están presentes con intensidad variable dependiendo del mayor o menor grado del trastorno.
En general, de cada 30 niños uno es hiperactivo. En los niños es 4 veces más frecuente que en las niñas.
¿Es un trastorno de la salud o es mala crianza?
Es un problema de salud, el cual se acentúa si la educación que se le proporciona en el ámbito familiar es deficiente.
¿Cuándo un niño inquieto es un problema de salud?
Cuando a pesar de una correcta actuación por parte de los padres en cuanto a enseñanza de normas de comportamiento el niño no se atiene a éstas sino que “va a su bola”.
¿El niño hiperactivo será un fracasado el día de mañana?
Si bien es cierto que su comportamiento causa problemas de aprendizaje y de relación con su entorno, y hasta consigo mismo, con una atención adecuada se puede canalizar su gran actividad y llevar una vida completamente normal y hasta sobresalir entre los demás por sus buenas cualidades.
¿A qué se debe este trastorno?
Hay varios factores que parecen favorecer su aparición:
- Herencia: en gran número de casos los padres también fueron hiperactivos. Está en estudio si existen mínimas alteraciones en el funcionamiento cerebral debido a anomalías en la fabricación de neurotransmisores que, entre otras acciones, regulan el comportamiento humano
- Ambiente: se está estudiando la influencia del plomo en el aire, así como los colorantes, edulcorantes y azúcares en los alimentos
- Problemas durante el embarazo o el parto, así como antecedentes de consumo de sustancias tóxicas durante el embarazo (tabaco, alcohol).
¿Qué pruebas se hacen para confirmar el diagnóstico?
Una vez que los padres o maestros detectan una conducta sospechosa del síndrome TDAH, se ponen el contacto con el psicopedagogo y el neurólogo para estudiar el caso.
Además del estudio de la conducta y de las circunstancias socioambientales, se efectúan diferentes test, análisis y exploraciones para conocer posibles causas y la intensidad del trastorno.
¿Tiene cura?
Con un diagnóstico precoz y tratamiento adecuados, los niños hiperactivos de adultos suelen ser personas creativas, dinámicas, se interesan por todo, alto sentido del humor, muy amigos de sus amigos, y no temen asumir riesgos. Sin diagnóstico temprano, o con tratamiento incorrecto, las consecuencias pueden ser muy negativas para padres, maestros y, sobre todo, para el niño.
El niño hiperactivo requiere tratamiento individualizado pero sin sobreprotección, pues ésta es contraproducente. Responde muy bien si se le recompensa cada vez que actúa correctamente y empeora si continuamente se les está riñendo, pues se crean una autoimagen negativa (“para qué me voy a esforzar si no tengo arreglo y de todos modos me van a reñir…”). En cada caso, el psicopedagogo proporciona a los padres y maestros normas de actuación específicas adecuadas a cada caso en concreto (pocas normas pero muy claras, premiar logros, etc.).
En ocasiones es necesario administrar medicación. Uno de los medicamentos más utilizados en niños mayores de 6 años es el Concerta® (metilfenidato), el cual solo puede administrarse bajo estricta indicación y control médico.
Conforme el niño se acerca a la pubertad va disminuyendo su exceso de movimientos, aunque en uno de cada tres casos aparece cierta inquietud interior que siempre le acompaña, lo cual se suele manifestar porque siempre tienen entre manos alguna actividad individual o social.
La clave para que todo el esfuerzo se vea coronado por el éxito está en la PACIENCIA.
Glosario
Edulcorante: sustancia que proporciona dulzor a otra sustancia.
Hiper: exceso, demasiado.
Neurona (neuron=nervio): célula nerviosa. Es la unidad básica del sistema nervioso y está formada por un cuerpo celular grande y dos tipos de prolongaciones, las dendritas y el axón.
Neurotransmisor: sustancia elaborada por la neurona y que una vez liberada en la sinapsis actúa estimulando o inhibiendo a otra neurona; es un mensajero químico que permite la comunicación entre las neuronas. Los principales neurotransmisores son la dopamina, acetilcolina, serotonina, noradrenalina, glicina y el ácido gamma-aminobutírico.
Sinapsis: zona de contacto entre dos neuronas.
TDAH: abreviatura de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, que es el nombre que en Psicología designa al niño “hiperactivo”.