Por Dr. Antonio Rodríguez Carrión.
El estrés es una situación de sobrecarga emocional o agobio con repercusión en diferentes órganos de nuestro cuerpo, manifestándose por sentimiento de cansancio físico y mental que conlleva impotencia para resolver los problemas corrientes del día a día, sensación de estar sometido a excesiva carga familiar o laboral, y necesidad imperiosa de desconectar de todo para ‘cargar las pilas’.
El estrés se puede definir como un conjunto de reacciones físicas y psíquicas que se producen en el organismo ante agresiones y emociones de la vida.
La tensión mental excesiva que supone el estrés varía en función de la personalidad; así, una misma situación puede ser fuente de estrés para una persona, pero puede ser una experiencia placentera para otra. Muchas personas se agobian por razones que a otras les parecen totalmente sin importancia.
Llevar una vida lo más sana posible es la mejor forma de prevención:
- Realizar ejercicio físico de la forma que sea más agradable.
- Evitar el aislamiento social (hacerse socio activo de algún club o asociación).
- Dormir lo justo, ni poco ni mucho, y sin recurrir a medicamentos.
- Alimentación equilibrada y comer a horas regulares (no saltarse comidas, no hacer ‘comidas rápidas’).
- Controlar los pequeños problemas estresantes que son inevitables (ruidos, atascos, enfermedades de los niños, etc.).
- Dedicar un pequeño espacio de tiempo diario para uno mismo (leer, pasear, estar con los amigos).
- Una infusión relajante (manzanilla, tila, valeriana, mentapoleo) permite hacer un alto en el camino y ‘cargar las pilas’ cuando se nota que se está llegando al límite. Especialmente útil antes de acostarse.
La sabiduría popular invita a reflexionar sobre dos remedios muy eficaces para tratar el sinvivir:
- «El que canta, sus penas espanta».
- «Si tu mal tiene remedio, ¿por qué te preocupas? Y si tu mal no tiene remedio, ¿por qué te preocupas?».