Interviú – 10/12/2007 – Reportaje por: José Antonio AYUSO – Fotografías por: Juan Carlos DE LA MADRID
En la sierra de Cádiz 17.000 vecinos de uno de sus pueblos emblema han de buscar especialistas médicos a más de media hora de distancia. Enfermos de riñón, de corazón o de cáncer tienen que hacer periplos de un día entero. Encabezados por su médico de familia, los ubriqueños reclaman cardiólogos, nefrólogos, oncólogos…
Hundido en un valle repleto de casas blancas, Ubrique destaca por su belleza en la ruta de los pueblos blancos de Cádiz. En las cuestas que llevan al casco antiguo, el olor a chimenea y a cuero llena el aire. Huele a leña por las bajas temperaturas de la sierra, y a cuero por la industria marroquinera, tradicional desde el tiempo de Al Andalus en esta localidad de 17.500 vecinos. El cuero y la cal blanca son señas de identidad del pueblo. Pero ambas se ven mermadas. La primera, por la competencia china; la segunda, por las 3.500 pancartas azules que desde hace unos meses cuelgan de los balcones de medio pueblo gritando: “¡Especialistas ya!”. Denuncian la falta de médicos en la zona, o de un hospital. El presidente de la asociación de vecinos La Calzada, Antonio Rodríguez Carrión, el médico del pueblo, es uno de los impulsores de la movilización. “Los ubriqueños se tienen que ir hasta el hospital concertado de Villamartín, a 33 kilómetros, o a los hospitales públicos de Jerez (a 77), o Cádiz (a 109), para diálisis, radioterapia o rehabilitación –explica–. Por la avanzada edad de la mayoría de pacientes y las pocas posibilidades económicas de muchos, esto es dramático”.