Tabla de contenidos
Sesión 2
Sesión 3
Una de las principales características del tabaco es su gran poder de adicción o dependencia, es decir, la necesidad de consumir tabaco. Esta necesidad es, en parte, parte “física”, debido a la nicotina, y, fundamentalmente, “psicológica”, debido al bombardeo de la publicidad, a las creencias erróneas y al hábito adquirido de repetir miles de veces el ritual de variados gestos que conlleva el acto de fumar.
La Dependencia Física
La dependencia física a la nicotina se manifiesta por una serie de síntomas que aparecen en el fumador cuando su organismo está falto de la droga; a este estado se le conoce como “síndrome de abstinencia” o “mono”.
El diagnóstico del “mono” se hace cuando tras interrumpir el consumo aparecen al menos cuatro de los siguientes síntomas: deseo de consumo de tabaco, ansiedad, irritabilidad, dificulta de concentración, dificultad para dormir, aumento del apetito, disminución del número de latidos cardíacos. Estos síntomas deben provocar malestar evidente o deterioro social, laboral, familiar o de otras áreas importantes de la actividad del fumador y no deben procede de enfermedades médicas o por algún trastorno mental.
La Dependencia Psicológica
La dependencia Psicológica es debida a las creencias erróneas sobre el hábito de fumar que durante muchos años la sociedad y la publicidad ha ido introduciendo, sin darnos cuenta, en nuestro subconsciente, efectuando un auténtico lavado de cerebro. Se nos ha ido convenciendo poco a poco, que el fumar proporciona valor, independencia, libertad, seguridad, tranquilidad, lucidez mental, habilidades sociales y muchas más cualidades, como si los no fumadores no tuviesen esas cualidades sin necesidad de drogarse con la nicotina o de envenenar poco a poco su cuerpo. Un auténtico lavado de cerebro y una auténtica estafa por parte de la industria tabaquera y de los gobiernos que lo permiten a cambio de los inmensos ingresos de dinero procedentes de los impuestos al tabaco.
¿Cómo se sabe el grado de dependencia a la nicotina?
En todo el mundo se utiliza un sencillo test, llamado Test de Fagerströn, que permite saber el grado de adicción a la nicotina. Cada respuesta tiene una puntuación, y la suma de todas las puntuaciones nos dan la intensidad de adicción a la nicotina. Coja un papel y un lápiz, o de memoria, y anote su puntuación.
1) ¿Cuánto tiempo pasa desde que se levanta hasta que fuma el primer cigarrillo? | a) menos de 5 minutos (3 puntos) b) entre 6 y 30 minutos (2 puntos) c) entre 31 y 60 minutos (1 punto) d) más de una hora (0 puntos) |
2) ¿Le resulta difícil dejar de fumar en los sitios donde está prohibido? | a) Sí (1 punto) b) No (0 puntos) |
3) De todos los cigarrillos que consume a lo largo del día cuál es el que más necesita o que le produce más satisfacción? | a) El primero de la mañana (1 punto) b) Cualquier otro (0 puntos) |
4) ¿Cuántos cigarrillos fuma al día? | a) más de 30 (3 puntos) b) entre 21 y 30 (2 puntos) c) entre 11 y 20 (1 punto) d) menos de 10 (0 puntos) |
5) Después de consumir el primer cigarrillo del día, fuma rápidamente (antes de 20 minutos) alguno más? | a) Sí (1 punto) b) No (0 puntos) |
6) ¿Fuma aún estando enfermo y tenga que pasar la mayor parte del día en la cama? | a) Sí (1 punto) b) No (0 puntos) |
SIGNIFICADO DE LA PUNTUACIÓN: la suma de todas las puntuaciones tiene el siguiente significado:
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ACTIVIDADES:
La semana pasada se propusieron dos actividades: 1) calcular el dinero que se gasta en un mes en cigarrillos y guardarlo aparte; 2) dejar un único cenicero y guardarlo en una caja en el dormitorio o en otro lugar no habitual. Esta semana proponemos añadir otras dos. Si no hizo las actividades anteriores, debe hacerlas ahora, junto con las nuevas. ¡El hacer estos ejercicios es fundamental para ir fumando cada vez menos y llegar a dejar el tabaco definitivamente sin sufrir el “mono”!
Ejercicio nº 3: cada vez que fume, cierre la cajetilla con un par de gomillas. De este modo cada vez que vaya a fumar tiene que quitar las gomillas y comprobará que muchos cigarrillos son “automáticos”, es decir, fuma sin darse cuenta que realmente no lo necesita.
Ejercicio nº 4: en una botella de refresco de 2 litros, vacía, eche agua hasta la mitad del envase, con un poquito de alcohol, y colóquela en el salón de su casa, junto al televisor o en otro un lugar muy visible. Lleve siempre consigo un paquete de tabaco vacío para guardar las colillas de los cigarrillos que fume cuando está fuera de casa. A partir de ahora, eche todas las colillas en la botella, agítela y déjela destapada. El desagradable aspecto y olor que irá presentando este nuevo “cenicero” le hará consciente de qué es lo que entra en su cuerpo y en quienes le rodean cada que vez que fuma.
Cuando la botella esté llena la botella de colillas, déjela destapada en lugar visible y utilice otra. Continúe así durante 2 semanas.