A Marc se le diagnosticó a las 26 semanas de gestación un voluminoso tumor que se le extendía por el mentón, el cuello y parte del tórax. No solo se trataba de un teratoma maligno, sino que, debido a su enorme tamaño y peso (12 centímetros de largo y 168 gramos al nacer), comprometía seriamente la supervivencia del pequeño. El tumor le obstruía la garganta, por lo que le hubiera impedido comer y respirar tras el parto.